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La cocina, una excusa para materializar el arte
Podrán querer llamarlo chef o cocinero, que su tendencia es
la cocina silvestre, cocina de autor en fin; pero sí hay que etiquetarlo de
algo, para mí, este hombre es un artista, que por más que he intentado
describir su trabajo, el arte solo se debe sentir y bajo el concepto de 5
sentidos, Alejandro Cuellar nos llevó a Petra y a mí a vivir una experiencia al
tacto, el oído, el gusto, olfato y visión con dos sentimientos; la felicidad y
el miedo.
la cocina silvestre, cocina de autor en fin; pero sí hay que etiquetarlo de
algo, para mí, este hombre es un artista, que por más que he intentado
describir su trabajo, el arte solo se debe sentir y bajo el concepto de 5
sentidos, Alejandro Cuellar nos llevó a Petra y a mí a vivir una experiencia al
tacto, el oído, el gusto, olfato y visión con dos sentimientos; la felicidad y
el miedo.
Ya mucho han hablado de este personaje, que no solo ha
cocinado al lado de grandes y reconocidos Chefs del mundo, también de su particular estilo de COCINA SILVESTRE,
donde mezcla ingredientes tradicionales con otros que crecen de manera natural
en su huerta, Santa Beatriz. En eso se centra su particularidad, en obtener los
ingredientes de manera natural, inclusive la miel que extrae de su panal particular para hacer
infusiones con flores o recetas que requieran notas dulces. El miedo lo sentí
cuando me invito a ir con él en su panal y conocer a sus abejas , probar la miel aun pegada a la cera, trato de
convencerme diciendo que eran tranquilas y claro que son tranquilas para él que
las conoce ; para mí era el deporte más extremo que había hecho hasta el
momento.
cocinado al lado de grandes y reconocidos Chefs del mundo, también de su particular estilo de COCINA SILVESTRE,
donde mezcla ingredientes tradicionales con otros que crecen de manera natural
en su huerta, Santa Beatriz. En eso se centra su particularidad, en obtener los
ingredientes de manera natural, inclusive la miel que extrae de su panal particular para hacer
infusiones con flores o recetas que requieran notas dulces. El miedo lo sentí
cuando me invito a ir con él en su panal y conocer a sus abejas , probar la miel aun pegada a la cera, trato de
convencerme diciendo que eran tranquilas y claro que son tranquilas para él que
las conoce ; para mí era el deporte más extremo que había hecho hasta el
momento.
Luego su casa, donde lo primero que vez es un piano, una
guitarra y una gran colección de libros, me contó que su padres querían que
fuera músico, pero que paso primero por la administración de empresas y luego a
la cocina donde fusiono todos sus talentos y no precisamente para cocinar, en
realidad la cocina es la excusa perfecta para materializar su arte.
guitarra y una gran colección de libros, me contó que su padres querían que
fuera músico, pero que paso primero por la administración de empresas y luego a
la cocina donde fusiono todos sus talentos y no precisamente para cocinar, en
realidad la cocina es la excusa perfecta para materializar su arte.
Los platos son tallados a mano por él y sus ayudantes, que
recuerdan esos jardines donde corríamos cuando éramos niños y guardábamos
piedras de todos los tamaños que nos parecían hermosas. Cada uno de los
ingredientes, mientras lo perseguía por la huerta, se volteaba y me lo hacía
oler, cuantas cosas no tenemos a diario cerca y no tomamos un segundo para
reconocer su aroma particular. Mientras cocinaba para mí (para nosotras en
realidad pero es que yo cogí puesto en primera fila) Petra y yo le hicimos
algunas preguntas para conocernos mejor. La magia comenzó a tomar forma durante
el emplatado pues ante nuestros ojos, los langostinos, el tomate de árbol, cebolla
larga y flores de cebolla silvestres tomaron forma… hubo más ingredientes pero
esos fueron los protagonistas; y ¿al gusto? Paso algo muy especial, cuando lo
probé me llevo 23 años atrás, algo de ahí ya lo había tenido antes en mi boca y
me despertó una sensación de felicidad, pero la experiencia aún no termina,
mientras comíamos, Alejandro se sentó al piano y empezó a tocar una melodía que
iba totalmente acorde con todas las sensaciones que su plato estaba despertando
en nosotros, su invitados. Ahí entendí la razón por la cual la estética y el
sabor son importantes pero es realmente la experiencia que te hace vivir la que
convierte en un artista.
recuerdan esos jardines donde corríamos cuando éramos niños y guardábamos
piedras de todos los tamaños que nos parecían hermosas. Cada uno de los
ingredientes, mientras lo perseguía por la huerta, se volteaba y me lo hacía
oler, cuantas cosas no tenemos a diario cerca y no tomamos un segundo para
reconocer su aroma particular. Mientras cocinaba para mí (para nosotras en
realidad pero es que yo cogí puesto en primera fila) Petra y yo le hicimos
algunas preguntas para conocernos mejor. La magia comenzó a tomar forma durante
el emplatado pues ante nuestros ojos, los langostinos, el tomate de árbol, cebolla
larga y flores de cebolla silvestres tomaron forma… hubo más ingredientes pero
esos fueron los protagonistas; y ¿al gusto? Paso algo muy especial, cuando lo
probé me llevo 23 años atrás, algo de ahí ya lo había tenido antes en mi boca y
me despertó una sensación de felicidad, pero la experiencia aún no termina,
mientras comíamos, Alejandro se sentó al piano y empezó a tocar una melodía que
iba totalmente acorde con todas las sensaciones que su plato estaba despertando
en nosotros, su invitados. Ahí entendí la razón por la cual la estética y el
sabor son importantes pero es realmente la experiencia que te hace vivir la que
convierte en un artista.
¿Quieren saber más sobre la cocina de Alejandro Cuellar?
Síganlo en sus redes sociales y ojala puedan disfrutar de
esta experiencia pues cualquier cosa que les pueda contar es poco.
esta experiencia pues cualquier cosa que les pueda contar es poco.
Gracias por leernos!
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